Hoy era un día feliz para Kan, hoy cumplía 12 años y su padre había prometido concederle el mayor de los tesoros. Una espada de Samurai. Naturalmente no sería una espada de doble diamante como la de su padre, sería una sencilla espada katana. Lo demás habría de ganárselo por si mismo.
Era un inmenso honor el que le hacía su padre. A partir de ahora dejaba de ser un niño para convertiste en todo un aprendiz de Samurai. Un brillante futuro se presentaba por delante si estaba dispuesto a aprender y a trabajar. Y Kan lo estaba desde lo mas profundo de su corazón.
Su padre Kazo estaba frente a el, solemne e imponente como era natural en su persona. El anciano Samurai aparentaba mucha menos edad de la que realmente tenía, solo su larga cabellera blanca y unos ojos llenos de sabiduría revelaban su verdadera edad. Su armadura de General Samurai reflejaba los dorados rayos del sol como si fuera de oro mientras que los dobles diamantes engastados en la empuñadura de su propia espada katana, formaban un doble arco iris enlazado en su base.
Kazo se había forjado en mil batallas y había formado a cientos de Samuráis. Y por fin hoy, iba a instruir a su propio hijo. Un acontecimiento que llevaba esperando desde hacía doce años.
En sus manos sostenía la futura katana de su hijo, un arma poderosa que debía usarse con sabiduría. Kan debía entender que lo mas importante de un Samurai no era su arma, sino su sabiduría y su honor.
La cara de Kan resplandeciente de honor y gozo al recibir su espada, lleno el corazón de su padre de un orgullo como nunca antes había sentido. Ahora ya era oficial, el joven aprendiz había superado todas las sutiles trampas que le había tendido el destino, y por sus propios meritos se había convertido en uno mas del clan.
Esa misma noche, después de las celebraciones y las risas, padre e hijo se sentaron juntos alrededor de la hoguera.
La noche era calida y en el cielo lucían las estrellas como luciérnagas en un estanque, la Luna llena brillaba con fuerza, como si quisiera arropar al joven Samurai con sus rayos de luz.
- Hijo mío - La voz de Kazo era grave, relajante y penetrante como las caricias de una madre - Hoy has dado un paso muy importante en tu vida. Has dejado de ser una persona normal, has dejado el bosque para introducirte en el camino de la vida por el sendero del Samurai.
""Has superado la trampa invisible que tienden, a toda persona que quiere adentrarse en el camino, los fantasmas del miedo y del fracaso.
""Nunca luches contra los fantasmas del miedo, ellos harán que todos los problemas parezcan agolparse para vencerte y doblegarte, cuando estos fantasmas te ataquen, no te defiendas, sigue adelante enfrentándote a los problemas uno a uno. Ese es el único secreto del éxito hijo mío.
- Si padre, estas semanas las dudas recorrían mi mente - Kan miraba a la Luna en busca de fuerzas para expresar lo que había sentido - no sabía si sería capaz de llegar al final, tenía miedo de entrar en la senda del Samurai por miedo al fracaso, por miedo a decepcionarte, por miedo a que se rieran de mi los demás mientras no domine todas las técnicas como lo hace un Samurai de verdad. Era un dolor intenso - dijo mientras su mano se posaba en su estomago - como si me clavaran afiladas agujas en el estomago. Pero me di cuenta que si no empezaba, habría fracasado aun antes de intentarlo. - Sus ojos se clavaron en los de su padre - No se si llegaré algún día a ser un Samurai tan bueno y poderoso como tu padre, pero ten por seguro que lo intentaré hasta con el último vestigio de mi alma, nunca me rendiré al camino. Siempre seguiré adelante.
Kazo no podría estar mas orgulloso. Su hijo poseía una fuerza que le conduciría allí donde el quisiera. Por que nadie mejor que el viejo Samurai sabía que el mayor secreto para conseguir en la vida lo que se desea es el no rendirse jamás. Si Kan, a su tierna edad ya conocía ese secreto, sin duda llegaría muy lejos, mucho mas lejos que su padre el General de Generales.
- Hijo, ahora eres parte de los Samuráis y por lo tanto has de regirte como tal - El viejo Samurai cogió un grueso leño y se lo paso a su hijo. - Parte este leño hijo mío, se que puedes hacerlo.
- Pero padre, este leño es muy grueso, - dijo el joven abatido - y yo solo tengo doce años, aun no soy un hombre maduro. No tengo la fuerza suficiente.
- Claro que tienes la fuerza hijo, pero tu fuerza no esta en tus músculos - sentencio a la vez que rodeaba con su grande y calida mano el estrecho brazo de su hijo - sino en tu cabeza, es en tu inteligencia y en tu fuerza de voluntad donde posees la energía suficiente para realizar todo aquello que desees.
""Si piensas que no eres capaz de hacerlo... seguramente nunca serás capaz. Sin embargo, si estas convencido de que es posible, y desde el fondo de tu corazón brilla la verde llama de la esperanza y la fe en ti mismo. Podrás hacer lo que desees, solo habrás de buscar el medio.
- Pero padre... - Kan quería creer a su padre, era un Samurai y los Samuráis nunca mienten. Entonces debía existir una forma... pero cual - Ya se! Ahora yo también soy un Samurai, puedo hacer lo imposible!
Y desenfundando por primera vez su espada katana lanzo con todas sus fuerzas un terrible golpe contra el tronco... consiguiendo que la katana se incrustara fuertemente dentro del tronco. Kan intento sacarla de un tirón, pero sus esfuerzos eran inútiles. Estaba demasiado fuertemente enganchada. Se estaba poniendo muy nervioso, y si no fuera por que la calida mano de su padre le calmo, como tantas veces había hecho de pequeño, se habría echado a llorar.
- Tu intento ha sido digno de elogio Kan, pero has de aprender antes de hacer. - El viejo Samurai tomó entre sus manos la espada de su hijo y con un giro rápido de muñeca extrajo la espada del tronco. - Has de fijarte pequeños objetivos, fáciles de cumplir con tus capacidades, para conseguir lo que deseas. - Dicho esto devolvió la espada a su hijo. - Primero intenta crear una zanja en el tronco, no de un golpe directo, si no de dos curvos que te ayuden a debilitar la rama.
Kan lanzó un tajo curvo y cortante que hizo saltar unas astillas del tronco, a continuación lanzó otro en dirección opuesta que hizo que casi la mitad del tronco se dispersara por el suelo. Animado repitió la operación y unos instantes después el grueso tronco reposaba en el suelo, partido en dos pedazos y un montón de astillas.
- Tienes razón padre! El tronco entero era demasiado para mi, pero poco a poco he logrado debilitarlo y al final yo he vencido. Si hubiera pensado que no podía, nunca lo hubiera intentado. Pero decidí que era capaz, que debía de existir una manera de cortarlo, y la encontré!
- Siempre existe una manera - La voz del anciano Samurai penetró en los oídos de su hijo grabando estas palabras a fuego - siempre existe una manera de lograr lo que deseamos.
- Y para ello debemos hacer lo que sea padre - Preguntó inocentemente Kan.
Kazo se alarmó, no quería que su hijo le interpretara mal, siempre había que regirse por el honor y la generosidad, pero una vez que vio la inocente mirada de su hijo, la calma se apoderó otra vez de su corazón.
- Hijo, Puedes conseguir todo lo que desees en la vida solo conque ayudes a otras personas a conseguir lo que desean.
- No entiendo padre.
- Tu sabes que el granjero siempre recoge mas de lo que siembra No es así? - Kazo sabía que su hijo había ayudado a sembrar a sus vecinos y se había quedado maravillado al ver como crecían las planas día a día y como de un puñado de semillas surgían, con el tiempo, cientos de sabrosos frutos - Pues igual que el granjero siempre recoge mas que lo que siembra, tu debes saber que no estas solo y has de ayudar todo lo que puedas a tu equipo, si lo haces así después recogerás la cosecha mas fructífera que nunca hayas soñado.
Kan quedó pensativo, todavía era muy joven para entender todas las palabras de su padre, pero el sabía que su padre siempre había sido generoso y gracias a ello había llegado a ser un general de generales, por eso decidió firmemente que el haría lo mismo.
- Padre, tengo una duda que me atormenta - Se sincero Kan - antes no te la quise decir por que hoy es un día de dicha. Pero parece que no concuerda con lo que me acabas de decir.
- Si hijo?
- Ayer conté a mis amigos del pueblo que me iba a convertir en Samurai, que aprendería los secretos de nuestro arte y que me convertiría en el tipo de guerrero mas poderoso que existe - los ojos de Kan se clavaron en el crujiente fuego - y los otros niños se rieron de mi, me dijeron que era un blandengue, que todo eran mentiras y que tuviera cuidado por que lo mas seguro es que me dieran una paliza los verdaderos Samuráis por mentiroso, y que luego me echarían a la hoguera. He de ser generoso también con esos niños padre?
- Hijo... - Una sonrisa de comprensión surcaba los labios del viejo Samurai, a el le había pasado lo mismo en su juventud y sabía que las mismas personas que hoy criticaba y ridiculizaban a su hijo, mañana serían sus mas fervientes admiradores por su valentía y coraje - Hay una forma muy fácil de evitar las criticas...
-Cual es padre? - Preguntó entusiasmado Kan
- ... simplemente no seas nada y no hagas nada, consigue un trabajo de barrendero y mata tu ambición. Es un remedio que nunca falla.
- Pero Padre! Eso no es lo que yo quiero, yo quiero ser fuerte y poderoso como tu, tengo aspiraciones y sueños que quiero cumplir en la vida. Y solo tengo esta vida para hacerlos realidad Como me pides que haga eso? Como podría rendirme sin haberlo intentado? Acaso no estaría tirando mi vida a la basura? Acaso no estaría viviendo una muerte en vida? Debo luchar AHORA para hacer Realidad mis Sueños porque si no lo hago ahora nunca podré hacerlo.
- Entonces Kan, ten mucho cuidado con los ladrones de sueños - dijo Kazo misterioso.
- Los ladrones de sueños? - El niño Samurai miró temeroso a su alrededor - Que son? Demonios de la noche? Duendes malignos? Seres tenebrosos?
- No hijo, son tus amigos y las personas cercanas a ti - Los ojos de su hijo lo miraban con una expresión triste, como si le acabara de caer el mundo encima - No te preocupes, solo son amigos tuyos, mal informados que creen saber mas que tu y quieren protegerte, quieren todo el bien para ti y que no sufras, y aunque están equivocados, intentarán detenerte en todos los proyectos que hagas, para evitar que fracases y te hagas daño.
- Pero entonces son como los fantasmas del miedo y del fracaso, quieren mi bien y sin embargo me infringen el mayor daño que puede existir: Robarme mis sueños, mis ambiciones y por tanto las mas poderosas armas que tengo para alcanzar lo que yo quiero. Si nunca lo intento... nunca lo conseguiré. Es cierto que si lo intento puedo fracasar, sin embargo también puedo tener éxito y conseguir lo que yo quiero! Solo LUCHANDO se alcanza el EXITO!!!
- Eso es hijo y además, sin quererlo, acabas de descubrir tus tres armas mas poderosas.
- Cuales! dímelo - su ilusión ante la perspectiva de tener mas armas era enorme.
- La primera el Entusiasmo, si crees en lo que haces y de verdad te gusta, podrás conseguirlo todo, creerlo con todos los vestigios de tu ser. Ten Empuje! Sobre todas las cosas, con tu trabajo... ENTUSIASMATE!
Kan asintió con la cabeza, temeroso de interrumpir a su padre.
- La segunda El Empuje! Has de aprender y trabajar, aprender y trabajar y después... enseñar, aprender y trabajar. Solo con el trabajo conseguirás tus objetivos. Si pretendes aprovecharte de la gente solo encontrarás el fracaso, sin embargo, si trabajas con honor, en equipo y siempre intentas superarte... no habrá nada que pueda pararte.
"" El hombre bueno se fortalece y luego fortalece a los demás. Aprende primero para Saber Hacer y después, Enseña a los demás.
"" Aprende con Entusiasmo, Enseña con Entusiasmo y entonces tendrás éxito porque tendrás EMPUJE!
Kan poso la mano en su corazón y se prometió a si mismo, en absoluto silencio que siempre trabajaría con honor y que nadie le pararía.
- Y tercer la Constancia - los ojos de Kan preguntaban a su padre que era la constancia, acaso no era lo mismo que el empuje - La Constancia hijo mío, es la capacidad de aguantar en los tiempos duros y seguir trabajando para que vengan los tiempos buenos.
""La constancia es el Arte de Continuar Siempre!
""Tu ahora acabas de empezar y mañana empezaras a practicar con los Samuráis. Al principio, después de cada entrenamiento, te dolerán los músculos y estarás cansado, tendrás ganas de abandonarlo todo porque pensarás que esto es demasiado duro para ti. Pero si eres Constante y continúas aprendiendo y practicando, poco a poco tu cuerpo se irá adaptando y desarrollando, así como tu mente. Y verás como cada vez las cosas te resultaran mas fáciles y obtendrás mas resultados y mas fácilmente. Los comienzos son siempre duros hijo, el fracaso de la derrota solo llega cuando te rindes, solo si eres Constante tendrás el éxito asegurado.
Kazo vio como su joven hijo asentía medio dormido. Ya era tarde y hoy había aprendido mas que en toda su vida. El viejo Samurai cogió a su joven hijo y ahora aprendiz de su arte en sus brazos levantándolo, a pesar de su avanzada edad, como si de una pluma se tratara. Su hijo le susurró algo al oído como "gracias papa!" antes de quedarse dormido. El general de generales se preguntó si realmente su hijo seguiría al pie de la letra todos los consejos que hoy había aprendido. Sabía que si así lo hacía llegaría aun mas alto de lo que el, general de generales, había logrado
domingo, 23 de noviembre de 2008
miércoles, 5 de noviembre de 2008
viernes, 24 de octubre de 2008
HOY
Hoy comienza mi nueva vida.
Cambiaré mi piel que ha sufrido durante tanto tiempo el fracaso y la mediocridad.
Hoy nazco de nuevo en un lugar en donde reina la abundancia.
Recogeré los mejores frutos sembrados por los más sabios que estuvieron antes que yo, de generación en generación.
Hoy atraeré sobre mí el éxito y una nueva vida me espera.
EL camino que he escogido está llena de oportunidades.
Hoy no fracasaré como aquellos que se quedaron solo en sus sueños.
En mi naturaleza está incluido el éxito.
El fracaso es ajeno a mi vida.
En el pasado lo acepté como acepté el dolor.
Ahora lo rechazo y estoy preparado para abrazar la sabiduría.
Me dirijo ahora hacia la felicidad, la riqueza resplandeciente y la justa posición que me merezco.
Practicaré el arte de la paciencia, porque la naturaleza no procede jamás con apresuramiento.
Aunque carezco de la experiencia, poseo un instinto superior que me conduce. Alcanzaré mis metas en la vida y no admitiré el fracaso.
Adquiriré nuevos hábitos en lugar de los antiguos, disciplinándome a mí mismo para lograr el cambio.
Diré en voz alta mis metas y mis propósitos para así materializar mi intención.
Comenzaré a despertar todas las mañanas con una vitalidad que no he conocido nunca.
Mi vigor aumentará y mi entusiasmo se acrecentará.
Mi deseo de enfrentarme con el mundo dominará a todos los temores que antes me asaltaban al amanecer.
Y seré más feliz de lo que jamás había pensado que fuese posible en este mundo de luchas y dolor.
Me hago el solemne juramento de que nada retardará el crecimiento de mi nueva vida.
Cambiaré mi piel que ha sufrido durante tanto tiempo el fracaso y la mediocridad.
Hoy nazco de nuevo en un lugar en donde reina la abundancia.
Recogeré los mejores frutos sembrados por los más sabios que estuvieron antes que yo, de generación en generación.
Hoy atraeré sobre mí el éxito y una nueva vida me espera.
EL camino que he escogido está llena de oportunidades.
Hoy no fracasaré como aquellos que se quedaron solo en sus sueños.
En mi naturaleza está incluido el éxito.
El fracaso es ajeno a mi vida.
En el pasado lo acepté como acepté el dolor.
Ahora lo rechazo y estoy preparado para abrazar la sabiduría.
Me dirijo ahora hacia la felicidad, la riqueza resplandeciente y la justa posición que me merezco.
Practicaré el arte de la paciencia, porque la naturaleza no procede jamás con apresuramiento.
Aunque carezco de la experiencia, poseo un instinto superior que me conduce. Alcanzaré mis metas en la vida y no admitiré el fracaso.
Adquiriré nuevos hábitos en lugar de los antiguos, disciplinándome a mí mismo para lograr el cambio.
Diré en voz alta mis metas y mis propósitos para así materializar mi intención.
Comenzaré a despertar todas las mañanas con una vitalidad que no he conocido nunca.
Mi vigor aumentará y mi entusiasmo se acrecentará.
Mi deseo de enfrentarme con el mundo dominará a todos los temores que antes me asaltaban al amanecer.
Y seré más feliz de lo que jamás había pensado que fuese posible en este mundo de luchas y dolor.
Me hago el solemne juramento de que nada retardará el crecimiento de mi nueva vida.
miércoles, 22 de octubre de 2008
Amabilidad
Esta semana el post no trata sobre ninguna obra de arte, ni ningún libro. Hoy quiero hablar de una virtud sencilla, quizás un ingrediente importante en el “arte de vivir”, tan sencilla que por si sola parece no tener importancia, pero que si aliña nuestra vida, provoca excelentes efectos en nosotros mismos y en los demás: la AMABILIDAD.
Si se busca el significado de amable, en el diccionario de María Moliner encontraremos: «Se aplica a lo que merece o inspira amor /Tal que, en el trato con otras personas o con una determinada o en cierta ocasión, muestra interés por ellas o el deseo de complacerlas». En el diccionario de sinónimos nos encontramos con: afable, agradable, cordial, cortés, tratable, afectuoso, atento, cariñoso y sencillo. Por otra parte, como antónimos se citan: grosero, rudo, antipático y desagradable.
Solemos olvidar que amable significa "digno de ser amado"; que amable es el que se comporta de un modo determinado, con el objeto de inducir a los demás a que le amen, puede ser un camarero haciendo bien su trabajo, un vecino sonriente en el ascensor, alguien que cede el paso en medio del tráfico… Cuando lo somos conseguimos ese reconocimiento, cuando lo son con nosotros nos complace y nos genera ese sentimiento de retorno.
Decía Mark Twain: “Puedo vivir dos meses con un cumplido de amabilidad”. Es increíble el efecto que produce y lo económico que resulta. En estos tiempos de crisis (y en cualquier tiempo) es uno de esos lujos que podemos permitirnos, cambiar el sentido de nuestra corriente, siendo de dentro hacia fuera, en lugar de empeñarnos en que sea al revés. La sorpresa está en que cuanto mas proyectamos hacia fuera, más llenos estaremos.
Regala un poco de amabilidad cada día. Intenta sonreír al subir a un ascensor llenos de gente, di algo agradable a alguien a quien ves a diario pero con quien no suelas cruzar más que dos palabras, proponte conducir de manera menos agresiva, habla con un niño, se amable contigo y sonríe mientras estás a solas o delante del espejo… Trata de hacerlo a diario durante una semana y si notas que algo bueno se produce entonces decide si quieres hacerlo durante mas tiempo.
Que tengáis una semana amable.
sábado, 11 de octubre de 2008
el hombre que se creia muerto
El hombre que se creía muerto
Había un señor muy aprensivo respecto de sus propias enfermedades y sobre todo, muy temeroso del día en que le llegara la muerte.Un día, entre tantas ideas locas, se le ocurrió que quizás él ya estaba muerto. Entonces le preguntó a su mujer:-Dime mujer, ¿no estaré muerto yo?La mujer rió y le dijo que se tocara las manos y los pies.
-Ves, ¡están tibios! Bien, eso quiere decir que estás vivo. Si estuvieras muerto, tus manos y tus pies estarían helados.Al hombre le sonó muy razonable la respuesta y se tranquilizó.Pocas semanas después, el hombre salió bajo la nieve a cortar leña. Cuando llegó al bosque, se quitó los guantes y comenzó a cortar troncos con un hacha.Sin pensarlo, se pasó la mano por la frente y notó que sus manos estaban frías. Acordándose de lo que le había dicho su esposa, se quitó los zapatos y los calcetines y confirmó con horror que sus pies también estaban helados.En ese momento ya no le quedó ninguna duda, se “dio cuenta” de que estaba muerto.
-No es bueno que un muerto ande por ahí cortando leña -se dijo. Así que dejó el hacha al lado de su mula y se tendió quieto en el piso helado, las manos cruzadas sobre el pecho y los ojos cerrados.
Al poco de estar tendido en el suelo, una jauría de perros se acercó a las alforjas donde estaban las provisiones. Al ver que nada los paraba, destrozaron las alforjas y devoraron todo lo que había comestible en ellas. El hombre pensó:
-Suerte tienen de que estoy muerto que si no, yo mismo los echaba a patadas.
La jauría siguió husmeando y descubrió a la mula atada a un árbol, fácil presa para los afilados dientes de los perros. La mula chilló y coceó, pero el hombre sólo pensaba en como le hubiera gustado defenderla, si no fuera porque él estaba muerto.En pocos minutos dieron cuenta de la mula, y tan sólo algunos perros seguían royendo los huesos.La jauría, insaciable, siguió rondando el lugar.
No pasó mucho tiempo hasta que uno de los perros olió el olor del hombre. Miró a su alrededor y vio al leñador tirado inmóvil sobre el suelo. Se acercó lentamente, muy lentamente, porque para él los hombres eran seres muy peligrosos y traicioneros. En pocos instantes, todos los perros rodearon al hombre con sus fauces babeantes.-Ahora me van a comer -pensó el hombre-. Si no estuviera muerto, otra sería la historia.Los perros se acercaron......y viendo su inmovilidad, se lo comieron...
Este cuento pertenece al libro "Déjame que te Cuente" de Jorge Bucay.
A mi cada vez que lo leo me produce cierto desasosiego. ¿Cuántas veces me habré creído algo que no soy? ¿Cómo habrá influido esa creencia en mi comportamiento y en el resultado de mi existencia? ¿Y si en lugar de estar muerto el hombre del cuento hubiera creído estar vivo y ser capaz de grandes cosas? ¿Y si tú, o yo lo creyéramos? Ahí dejo la incógnita, que cada uno se atreva a lo que sus creencias le permitan.
ECB octubre 2008
Había un señor muy aprensivo respecto de sus propias enfermedades y sobre todo, muy temeroso del día en que le llegara la muerte.Un día, entre tantas ideas locas, se le ocurrió que quizás él ya estaba muerto. Entonces le preguntó a su mujer:-Dime mujer, ¿no estaré muerto yo?La mujer rió y le dijo que se tocara las manos y los pies.
-Ves, ¡están tibios! Bien, eso quiere decir que estás vivo. Si estuvieras muerto, tus manos y tus pies estarían helados.Al hombre le sonó muy razonable la respuesta y se tranquilizó.Pocas semanas después, el hombre salió bajo la nieve a cortar leña. Cuando llegó al bosque, se quitó los guantes y comenzó a cortar troncos con un hacha.Sin pensarlo, se pasó la mano por la frente y notó que sus manos estaban frías. Acordándose de lo que le había dicho su esposa, se quitó los zapatos y los calcetines y confirmó con horror que sus pies también estaban helados.En ese momento ya no le quedó ninguna duda, se “dio cuenta” de que estaba muerto.
-No es bueno que un muerto ande por ahí cortando leña -se dijo. Así que dejó el hacha al lado de su mula y se tendió quieto en el piso helado, las manos cruzadas sobre el pecho y los ojos cerrados.
Al poco de estar tendido en el suelo, una jauría de perros se acercó a las alforjas donde estaban las provisiones. Al ver que nada los paraba, destrozaron las alforjas y devoraron todo lo que había comestible en ellas. El hombre pensó:
-Suerte tienen de que estoy muerto que si no, yo mismo los echaba a patadas.
La jauría siguió husmeando y descubrió a la mula atada a un árbol, fácil presa para los afilados dientes de los perros. La mula chilló y coceó, pero el hombre sólo pensaba en como le hubiera gustado defenderla, si no fuera porque él estaba muerto.En pocos minutos dieron cuenta de la mula, y tan sólo algunos perros seguían royendo los huesos.La jauría, insaciable, siguió rondando el lugar.
No pasó mucho tiempo hasta que uno de los perros olió el olor del hombre. Miró a su alrededor y vio al leñador tirado inmóvil sobre el suelo. Se acercó lentamente, muy lentamente, porque para él los hombres eran seres muy peligrosos y traicioneros. En pocos instantes, todos los perros rodearon al hombre con sus fauces babeantes.-Ahora me van a comer -pensó el hombre-. Si no estuviera muerto, otra sería la historia.Los perros se acercaron......y viendo su inmovilidad, se lo comieron...
Este cuento pertenece al libro "Déjame que te Cuente" de Jorge Bucay.
A mi cada vez que lo leo me produce cierto desasosiego. ¿Cuántas veces me habré creído algo que no soy? ¿Cómo habrá influido esa creencia en mi comportamiento y en el resultado de mi existencia? ¿Y si en lugar de estar muerto el hombre del cuento hubiera creído estar vivo y ser capaz de grandes cosas? ¿Y si tú, o yo lo creyéramos? Ahí dejo la incógnita, que cada uno se atreva a lo que sus creencias le permitan.
ECB octubre 2008
miércoles, 24 de septiembre de 2008
El Peregrino de Compostela
El sábado pasado tuve la suerte de celebrar el 40 cumpleaños de mi querido amigo Fernando. La fiesta fue un gran éxito, cargada de detalles de cariño, miradas atrás y reflexiones desde el "ecuador de la vida". Quizás por esas reflexiones, o bien por ser Fernando mi hermano del camino jacobeo, me acordé de El Peregrino de Compostela y se me ocurrió traer este fragmento a nuestro rincón:
El Buen Combate es el que se entabla en nombre de nuestros sueños. Cuando estos revientan en nuestro interior con toda su fuerza (en la juventud) nos sentimos muy valientes, pero aún no sabemos luchar. Después aprendemos a luchar, pero ya no contamos con el mismo valor para combatir. Por eso nos volvemos contra nosotros mismos y, combatiéndonos, nos convertimos en nuestros peores enemigos. Alegamos que nuestros sueños eran infantiles o difíciles de llevar a cabo. Matamos nuestros sueños por miedo a combatir en el Buen Combate.
El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo: Las personas más ocupadas que he conocido en mi vida eran las que al final siempre conseguían tiempo para todo. Por su parte, los que no hacían nada siempre andaban cansados, el tiempo nunca les llegaba para lo poco que tenían que hacer, y se quejaban de que los días eran demasiado cortos. Lo que les pasaba era que tenían miedo de combatir en el Buen Combate.
El segundo síntoma de la muerte de nuestros sueños son nuestras certezas. Solo por el hecho de no querer tomar la vida como una gran aventura en la que hay que embarcarse, ya nos consideramos sabios, justos y correctos en nuestras pequeñas parcelas de existencia. Miramos hacia el exterior de las murallas de nuestra vida diaria y oímos el ruido de lanzas que se rompen, sentimos el olor del sudor y de la pólvora, vemos las grandes caídas y las miradas sedientas de conquista de los guerreros. Pero nunca percibimos la alegría que hay en el corazón del que está luchando, pues para estos no importa ni la victoria ni la derrota, sino combatir en el Buen Combate.
Por último, el tercer síntoma de la muerte de nuestros sueños es la Paz. La vida se transforma en una tarde de domingo, sin grandes exigencias, que no nos pide más de lo que queremos dar.
Pensamos entonces que hemos alcanzado la "madurez" y logrado nuestra realización personal y profesional. Nos sorprende que alguien de nuestra edad diga que aún espera determinada cosa de la vida. Pero en lo más hondo de nosotros mismos sabemos que lo que ocurrió fue que renunciamos a luchar por nuestros sueños.
Hoy se me antoja querer ser inmaduro e invitar a todos los que leen estas líneas a serlo también, a recuperar el ímpetu de años atrás y osar a renunciar a la comodidad del domingo por la tarde como precio por nuestros sueños. Tómate un tiempo, recuerda cuales eran tus sueños y disfruta del combate...
¡Feliz semana, feliz combate!
El Buen Combate es el que se entabla en nombre de nuestros sueños. Cuando estos revientan en nuestro interior con toda su fuerza (en la juventud) nos sentimos muy valientes, pero aún no sabemos luchar. Después aprendemos a luchar, pero ya no contamos con el mismo valor para combatir. Por eso nos volvemos contra nosotros mismos y, combatiéndonos, nos convertimos en nuestros peores enemigos. Alegamos que nuestros sueños eran infantiles o difíciles de llevar a cabo. Matamos nuestros sueños por miedo a combatir en el Buen Combate.
El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo: Las personas más ocupadas que he conocido en mi vida eran las que al final siempre conseguían tiempo para todo. Por su parte, los que no hacían nada siempre andaban cansados, el tiempo nunca les llegaba para lo poco que tenían que hacer, y se quejaban de que los días eran demasiado cortos. Lo que les pasaba era que tenían miedo de combatir en el Buen Combate.
El segundo síntoma de la muerte de nuestros sueños son nuestras certezas. Solo por el hecho de no querer tomar la vida como una gran aventura en la que hay que embarcarse, ya nos consideramos sabios, justos y correctos en nuestras pequeñas parcelas de existencia. Miramos hacia el exterior de las murallas de nuestra vida diaria y oímos el ruido de lanzas que se rompen, sentimos el olor del sudor y de la pólvora, vemos las grandes caídas y las miradas sedientas de conquista de los guerreros. Pero nunca percibimos la alegría que hay en el corazón del que está luchando, pues para estos no importa ni la victoria ni la derrota, sino combatir en el Buen Combate.
Por último, el tercer síntoma de la muerte de nuestros sueños es la Paz. La vida se transforma en una tarde de domingo, sin grandes exigencias, que no nos pide más de lo que queremos dar.
Pensamos entonces que hemos alcanzado la "madurez" y logrado nuestra realización personal y profesional. Nos sorprende que alguien de nuestra edad diga que aún espera determinada cosa de la vida. Pero en lo más hondo de nosotros mismos sabemos que lo que ocurrió fue que renunciamos a luchar por nuestros sueños.
Hoy se me antoja querer ser inmaduro e invitar a todos los que leen estas líneas a serlo también, a recuperar el ímpetu de años atrás y osar a renunciar a la comodidad del domingo por la tarde como precio por nuestros sueños. Tómate un tiempo, recuerda cuales eran tus sueños y disfruta del combate...
¡Feliz semana, feliz combate!
miércoles, 10 de septiembre de 2008
EL Vino
El viernes pasado tuve la suerte de disfrutar un buen vino rodeado de personas queridas, y me asaltó la idea de traer a este rincón, que en su día fue “del arte”, el arte del vino y la metáfora que en aquel momento me vino a la cabeza.
El proceso de elaboración de cada botella y la calidad final de cada copa, vienen definidos por una multitud de factores se conjugan para dar el resultado final, ese en que sostienes en la copa y te golpea suavemente el paladar, despertando sensaciones, aromas, sabores y a veces emociones y recuerdos. El suelo, el clima, las lluvias del año, la variedad y calidad de la uva y el arte del vinicultor son todos puntos cruciales para lograr el éxito final.
Las personas somos de alguna manera como los vinos, cada uno tenemos una denominación de origen, venimos de un sustrato, estamos hechos con un tipo de uva. Unos somos mas Merlot, con aromas de frutos rojos, como la cereza o la grosella roja, otros Cabernet Sauvignon, con aroma de grosella negra y madera de cedro, otros muchos con carácter marcadamente español, como el avainillado tempranillo con indicios de ciruela y algo asperos por el contenido en taninos; los hay muy dulces como las variedades Moscatel o Pedro Ximenez, o mas afrutados como la Macabeo.
A cada una de estas variedades de les da mejor un tipo de suelo, y también influye el año de lluvias, el tiempo y tipo de barrica, el tiempo en botella…
De cualquier región, con cualquier variedad, podremos encontrar buenos y malos vinos. Llama la atención que cuando peores son las lluvias, mejores son las añadas de cada bodega, aunque la producción sea menor. Las sequías son sinónimos de buenas añadas.
Los vientos nos anuncian crisis económica y parece que el pesimismo se quiera instalar en nuestras vidas. Pensemos en que nuestro vino será mejor este año, sacaremos una cosecha quizás mermada pero que nos va a dar un resultado que aumentará nuestro valor y nuestra calidad. Mimemos todo el proceso con la paciencia y la alegría que nos da saber que saldremos mejorados y que el esfuerzo acabará valiendo la pena.
¡SALUD!
ECB Septiembre 2008
lunes, 26 de mayo de 2008
domingo, 4 de mayo de 2008
jueves, 10 de abril de 2008
Ser Sabio
Decía un Maestro a sus discípulos:
- Un hombre bueno es aquél que trata a los otros como a él le gustaría ser tratado.
Un hombre generoso es aquél que trata a otros mejor de lo que él espera ser tratado.
Un hombre sabio es aquél que sabe cómo él y otros deberían ser tratados, de qué modo y hasta qué punto. Todo el mundo debería ir a través de las tres fases tipificadas por estos tres hombres.
Alguien le preguntó:
-¿Que es mejor: ser bueno, generoso o sabio?
- Si eres sabio, no tienes que estar obsesionado con ser bueno o generoso. Estás obligado a hacer lo que es necesario.
- Un hombre bueno es aquél que trata a los otros como a él le gustaría ser tratado.
Un hombre generoso es aquél que trata a otros mejor de lo que él espera ser tratado.
Un hombre sabio es aquél que sabe cómo él y otros deberían ser tratados, de qué modo y hasta qué punto. Todo el mundo debería ir a través de las tres fases tipificadas por estos tres hombres.
Alguien le preguntó:
-¿Que es mejor: ser bueno, generoso o sabio?
- Si eres sabio, no tienes que estar obsesionado con ser bueno o generoso. Estás obligado a hacer lo que es necesario.
lunes, 18 de febrero de 2008
culpable o inocente
Culpable o Inocente
Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media, un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso, desde el primer momento buscaron a un "chivo expiatorio" para encubrir al verdadero culpable.
El hombre fue llevado a juicio, ya conociendo que tendría escasas o ninguna oportunidad de escapar al terrible veredicto: ¡LA HORCA!
El Juez, también cómplice, cuidó de dar todo el aspecto de un juicio justo y por esta razón le dijo al acusado: - "Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tu escogerás uno de ellos y será la mano de Dios la que decida tu destino"
Por supuesto, el funcionario corrupto había preparado dos papeles con la misma leyenda: "CULPABLE" y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se dio cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados.
Éste inspiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados pensando, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, escogió y agarró uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente. Sorprendidos e indignados los presentes, le reprocharon airadamente.
Pero... ¿qué hizo?... ¿Y ahora?... ¿Cómo vamos a saber el veredicto? - "Es muy sencillo" respondió el acusado, "Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos que decía el que yo escogí"
Con rezongos y disgustos mal disimulados, tuvieron que liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo. Moraleja: Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento.
¡¡¡ SE CREATIVO !!! CUANDO TODO PAREZCA PERDIDO, USA LA IMAGINACION. En los momentos de crisis:
Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media, un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso, desde el primer momento buscaron a un "chivo expiatorio" para encubrir al verdadero culpable.
El hombre fue llevado a juicio, ya conociendo que tendría escasas o ninguna oportunidad de escapar al terrible veredicto: ¡LA HORCA!
El Juez, también cómplice, cuidó de dar todo el aspecto de un juicio justo y por esta razón le dijo al acusado: - "Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tu escogerás uno de ellos y será la mano de Dios la que decida tu destino"
Por supuesto, el funcionario corrupto había preparado dos papeles con la misma leyenda: "CULPABLE" y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se dio cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados.
Éste inspiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados pensando, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, escogió y agarró uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente. Sorprendidos e indignados los presentes, le reprocharon airadamente.
Pero... ¿qué hizo?... ¿Y ahora?... ¿Cómo vamos a saber el veredicto? - "Es muy sencillo" respondió el acusado, "Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos que decía el que yo escogí"
Con rezongos y disgustos mal disimulados, tuvieron que liberar al acusado, y jamás volvieron a molestarlo. Moraleja: Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento.
¡¡¡ SE CREATIVO !!! CUANDO TODO PAREZCA PERDIDO, USA LA IMAGINACION. En los momentos de crisis:
"Sólo la imaginación es más importante que el conocimiento"
Albert Einstein
Albert Einstein
jueves, 31 de enero de 2008
Atrevete a vivir
Algunas veces las personas llegan a nuestras vidas y rápidamente nos damos cuenta de que esto pasa, porque debe de ser así, para servir un propósito, para enseñar una lección, para descubrir quienes somos en realidad, para enseñarnos lo que deseamos alcanzar. Tú no sabes quienes son estas personas, pero cuando fijas tus ojos en ellos, sabes y comprendes que ellos afectaran tu vida de una manera profunda.
Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero en realidad debes entender que sin superar esas cosas jamás podrás realizar tu potencial,
tu fuerza, o el poder de tu corazón.
Todo pasa por una razón en la vida. Nada sucede por casualidad o por la suerte. Enfermedades, heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o de pura tonterías, todo ocurre para probar los límites de tu alma. Sin estas pequeñas pruebas la vida sería como una carretera recién pavimentada, suave y lisa. Una carretera directa sin rumbo a ningún lugar, plana, cómoda y segura, mas empañada y sin razón.
La gente que conoces afecta tu vida, las caídas y los triunfos que tú experimentas crean la persona que eres.
Aun se puede aprender de las malas experiencias. Es mas, quizás sean las más significativas en nuestras vidas. Si alguien te hiere, te traiciona o rompe tu corazón le das gracias porque te ha enseñado la importancia de perdonar, de la confianza y a tener más cuidado de a quien le abres tu corazón.
Si alguien te ama, ámalo tú a él, no porque él te ama sino porque te ha enseñado a amar y a abrir tu corazón y tus ojos a las cosas pequeñas de la vida. Has que cada día cuente y aprecia cada momento, además de aprender de todo lo que puedas aprender, porque quizás mas adelante no tengas la oportunidad de aprender lo que tienes que aprender de este momento.
Entabla una conversación con gente que no hayas dialogado nunca o últimamente, escúchalos y presta atención. Permítete enamorarte, liberarte y poner tu vista en un lugar bien alto. Mantén tu cabeza en alto porque tienes todo el derecho a hacerlo.
Repítete a ti mismo que eres un individuo magnifico y créelo, sino crees en ti mismo nadie mas lo hará tampoco. Crea tu propia vida, encuéntrala y luego vívela.
Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero en realidad debes entender que sin superar esas cosas jamás podrás realizar tu potencial,
tu fuerza, o el poder de tu corazón.
Todo pasa por una razón en la vida. Nada sucede por casualidad o por la suerte. Enfermedades, heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o de pura tonterías, todo ocurre para probar los límites de tu alma. Sin estas pequeñas pruebas la vida sería como una carretera recién pavimentada, suave y lisa. Una carretera directa sin rumbo a ningún lugar, plana, cómoda y segura, mas empañada y sin razón.
La gente que conoces afecta tu vida, las caídas y los triunfos que tú experimentas crean la persona que eres.
Aun se puede aprender de las malas experiencias. Es mas, quizás sean las más significativas en nuestras vidas. Si alguien te hiere, te traiciona o rompe tu corazón le das gracias porque te ha enseñado la importancia de perdonar, de la confianza y a tener más cuidado de a quien le abres tu corazón.
Si alguien te ama, ámalo tú a él, no porque él te ama sino porque te ha enseñado a amar y a abrir tu corazón y tus ojos a las cosas pequeñas de la vida. Has que cada día cuente y aprecia cada momento, además de aprender de todo lo que puedas aprender, porque quizás mas adelante no tengas la oportunidad de aprender lo que tienes que aprender de este momento.
Entabla una conversación con gente que no hayas dialogado nunca o últimamente, escúchalos y presta atención. Permítete enamorarte, liberarte y poner tu vista en un lugar bien alto. Mantén tu cabeza en alto porque tienes todo el derecho a hacerlo.
Repítete a ti mismo que eres un individuo magnifico y créelo, sino crees en ti mismo nadie mas lo hará tampoco. Crea tu propia vida, encuéntrala y luego vívela.
martes, 29 de enero de 2008
Decide
Explica el columnista Sidney Harris que, en una ocasión, acompañó a un amigo suyo a comprar el periódico. Al llegar al quiosco, su amigo saludó amablemente al vendedor. El quiosquero, en cambio, respondió con modales bruscos y desconsiderados y le lanzó el periódico de mala manera. Su amigo, no obstante, sonrió, y pausadamente deseó al quiosquero que pasase un buen fin de semana. Al continuar su camino, Sidney le dijo:
- Oye...¿ese hombre siempre te trata así?
- Si, por desgracia.
- Y tú, ¿siempre te muestras con él tan educado y amable?
- Si, así es.
- Y ¿me quieres decir por qué tú eres tan amable con él, cuando el es tan antipático contigo?
- Es bien fácil. Porque yo no quiero que sea él quien decida cómo me he de comportar yo.
- Oye...¿ese hombre siempre te trata así?
- Si, por desgracia.
- Y tú, ¿siempre te muestras con él tan educado y amable?
- Si, así es.
- Y ¿me quieres decir por qué tú eres tan amable con él, cuando el es tan antipático contigo?
- Es bien fácil. Porque yo no quiero que sea él quien decida cómo me he de comportar yo.
lunes, 28 de enero de 2008
El Camello
Una larga caravana de camellos avanzaba por el desierto hasta que llegó a un oasis y los hombres decidieron pasar allí la noche. Conductores y camellos estaban cansados y con ganas de dormir, pero cuando llegó el momento de atar a los animales, se dieron cuenta de que faltaba un poste.
Todos los camellos estaban debidamente estacados excepto uno. Nadie quería pasar la noche en vela vigilando al animal pero, a la vez, tampoco querían perder el camello.
Después de mucho pensar, uno de los hombres tuvo una buena idea. Fue hasta el camello, cogió las riendas y realizó todos los movimientos como si atara el animal a un poste imaginario. Después, el camello se sentó, convencido de que estaba fuertemente sujeto y todos se fueron a descansar.
A la mañana siguiente, desataron a los camellos y los prepararon para continuar el viaje. Había uno, sin embargo, que no quería ponerse en pie. Los conductores tiraron de el, pero el animal no quería moverse.
Finalmente, uno de los hombres entendió el por qué de la obstinación del camello. Se puso de pie delante del poste de amarre imaginario y realizó todos los movimientos con que normalmente desataba la cuerda para soltar al animal. Inmediatamente después, el camello se puso en pie sin la menor vacilación, creyendo que estaba libre.
Aunque el camello había estado libre todo el tiempo, se dejó convencer de que estaba atado. Lo mismo ocurre con la mente humana; también es potencialmente libre, pero mucha gente se deja convencer de que está atada por sus problemas mentales y las aparentemente opresivas responsabilidades.
Tú eres realmente libre, igual que el camello sin atar, a pesar de que los condicionamientos y los prejuicios te hacen creer que estás firmemente sujeto. Te comparas con los demás, al igual que lo hacía el camello y automáticamente crees que estás limitado. Debes entender que eres realmente libre. Todo lo que tienes que hacer es desatarte, dejar ir los problemas mentales, el poste imaginario de tu cautiverio.
Todos los camellos estaban debidamente estacados excepto uno. Nadie quería pasar la noche en vela vigilando al animal pero, a la vez, tampoco querían perder el camello.
Después de mucho pensar, uno de los hombres tuvo una buena idea. Fue hasta el camello, cogió las riendas y realizó todos los movimientos como si atara el animal a un poste imaginario. Después, el camello se sentó, convencido de que estaba fuertemente sujeto y todos se fueron a descansar.
A la mañana siguiente, desataron a los camellos y los prepararon para continuar el viaje. Había uno, sin embargo, que no quería ponerse en pie. Los conductores tiraron de el, pero el animal no quería moverse.
Finalmente, uno de los hombres entendió el por qué de la obstinación del camello. Se puso de pie delante del poste de amarre imaginario y realizó todos los movimientos con que normalmente desataba la cuerda para soltar al animal. Inmediatamente después, el camello se puso en pie sin la menor vacilación, creyendo que estaba libre.
Aunque el camello había estado libre todo el tiempo, se dejó convencer de que estaba atado. Lo mismo ocurre con la mente humana; también es potencialmente libre, pero mucha gente se deja convencer de que está atada por sus problemas mentales y las aparentemente opresivas responsabilidades.
Tú eres realmente libre, igual que el camello sin atar, a pesar de que los condicionamientos y los prejuicios te hacen creer que estás firmemente sujeto. Te comparas con los demás, al igual que lo hacía el camello y automáticamente crees que estás limitado. Debes entender que eres realmente libre. Todo lo que tienes que hacer es desatarte, dejar ir los problemas mentales, el poste imaginario de tu cautiverio.
Todo lo que debes hacer es cambiar de actitud.
lunes, 21 de enero de 2008
TU FE
SOLO TU FE HARÁ QUE SIGAS ADELANTE CUANDO TE ENCUENTRES ANTE UN MURO,
QUE TE LEVANTES CUANDO CAIGAS O QUE LO INTENTES OTRA VEZ CUANDO FRACASES, PORQUE LA FE MUEVE MONTAÑAS, NO LA FE CIEGA DEL QUE SE NIEGA A COMPRENDER, DEL QUE NO SABE Y SE CONFORMA CON NO SABER
-ESO NO ES FE, ESO ES CEGUERA-,
SINO UNA FE DE HOMBRE Y MUJER QUE BUSCA Y LUCHA POR SUS SUEÑOS,
UNA FE ACTIVA,
FE DE VIDA Y DE ESPERANZA,
FE EN TI MISMO Y EN LOS DEMÁS,
EN SU NOBLEZA,
EN LA VERDAD DE SUS RAZONES Y HASTA EN SUS BUENAS INTENCIONES,
FE EN ESA LUZ DEL NUEVO DÍA Y EN SUS PROMESAS Y ALEGRÍAS, EN LA BONDAD, EN LA JUSTICIA, EN ESTE MUNDO Y EN EL OTRO, EN EL DIOS TODOPODEROSO
Y EN EL AMOR QUE TODO LO PUEDE,
FE EN LO IMPOSIBLE SI ES HERMOSO, EN EL FUTURO, EN EL PRESENTE, EN QUE NO HAY MAL QUE SIEMPRE DURE, EN CUALQUIER CASO, SOBRE TODO Y FRENTE A TODO, FE… Javier Salvago
Escuchando la "Misa de la Alegría" (haz click aquí si quieres oírla) del grupo Siempre Así, encontré con sorpresa esta reflexión, además con la penetrante y sentida voz de Jesús Quintero, que os tengo que reconocer que me impresionó y que en lo primero en lo que pensé fue en buscarle un sitio en nuestro rincón semanal para poder compartirlo con vosotros.
Lo cierto es que la reflexión ya está hecha, solo hay que abrir los oídos del corazón, cerrar lo ojos y dejarte llevar por su "música".
He titulado a este rincón Tu Fe, porque el motivo por el que he traído este documento es el hecho fundamental de la fe en ti mismo:
- Cree en ti y te sorprenderás hasta donde puedes llegar
- Cree en ti, y te sorprenderás convirtiendo aquello que considerabas imposible en realidad
- Cree en ti y alcanzarás tus sueños
- Ten fe en ti y superarás los malos momentos, "no hay mal que siempre dure"
- Ten fe en ti ante los fracasos, un fracaso es una oportunidad de crecer
- Ten fe en ti y seguirás adelante
- Cree en ti y te sorprenderán tus fuerzas
- Cree en los demás y la esperanza empapará tu vida
Y sobre todo y frente a todo
Ten fe
LH 08
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