lunes, 9 de febrero de 2009

aquí hubo un Ángel


En ocasiones la vida nos regala cosas y si estamos atentos podemos disfrutar de ellas y sentirnos afortunados.
A veces se cruzan en nuestro camino seres auténticos que de manera sencilla hacen que a su alrededor se genere una atmosfera positiva. Se instalan en tu vida de manera tan natural y generosa que cuando te
quieres dar cuenta te los encuentras instalados en tu corazón y te sientes feliz. Se convierten en amigos del alma, a los que no hace falta llamar muy a menudo y cuando lo haces después de
algún tiempo, no hay que darles explicaciones y tienes la sensación de continuar una conversación de hace cinco minutos.
Son esos amigos que cuando vas a verlos tienes la sensación de volver a casa y con los que puedes ser tú mismo.

En otras ocasiones la vida nos arrebata algunas de esas cosas que nos hacían sentir afortunados. Cuando te arrebata a uno de estos seres especiales, el dolor te aturde de tal manera que no entiendes nada, te sientes desgarrado por la huella tan profunda que dejan en tu corazón.

Al poco te das cuenta de que aquel espacio que creías dolorosamente arrancado sigue estando ahí, habitado por los recuerdos y por el amor que recibiste, entiendes que ese amor no morirá nunca y entonces te vuelves a sentir afortunado.
Afortunado al recordar la frase de Amado Nervo:


"Aquí hubo un ángel y yo no lo sabía"



Afortunado al saber que durante un tiempo ese ángel te tocó con su ala.



Elena Massó Aguado In Memoriam,

(mi amiga del alma 15 mayo 1974 - 6 febrero 2009)

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Ese Ángel seguira entre nosotros,porque los recuerdos de su presencia a lo largo de los años, desde la infancia hasta ahora, seguirán siempre en mi.

"Recuerdo incluso lo que no quiero y olvidar lo que quiero no puedo."

Anónimo dijo...

Siempre que ocurre una pérdida como esta, me gusta enviar este relato, porque nos muestra lo que queda en esa ausencia, lo único que perdura, el amor. Aqui lo dejo para ti Kike y para todos los que han vivido esta perdida o alguna como esta, en su vida.



Te veo mañana

Autor: John Wayne Schlatter

Libro: Otra taza de chocolate caliente para el Alma



Gracias a mi madre y su sabiduría no le temo a la muerte. Ella fue mi mejor amiga y mi mejor maestra. Cada vez que estábamos juntas, ya sea al despedirnos a la noche o antes de emprender un viaje, decía: "Te veo mañana". Era una promesa que siempre cumplió.

Mi abuelo era sacerdote y, en aquellos días, a comienzos de siglo, cada vez que un miembro de la congregación moría, el cuerpo permanecía en la sala de recibo del ministro.

Para una niña de ocho años, esta experiencia puede resultar muy aterradora.

Un día, el abuelo vino a buscar a mi mamá, la llevó a su sala y le pidió que tocara la pared.

-¿Cómo la sientes, Bobbie? -preguntó.

-Bueno, esta dura y fría -respondió ella.

Entonces la llevó hasta el ataúd y le dijo: -Bobbie, voy a pedirte que hagas la cosa más difícil que se puede pedir.

Pero si la haces, nunca volverás a tenerle miedo a la muerte. Quiero que pongas tu mano en la cara del señor Smith.

Como ella lo quería mucho y confiaba en él, pudo cumplir con su pedido.

-¿Y? -quiso saber el abuelo.

-Papá -dijo ella-, se siente como la pared -Así es -dijo él-. Esta es su vieja casa; nuestro amigo, el señor Smith, acaba de mudarse y no hay ningún motivo para tenerle miedo a una casa vieja.

La lección echó raíces y desarrolló durante el resto de su vida. No le tenía nada de miedo a la muerte. Ocho horas antes de abandonarnos, hizo el pedido más insólito. Mientras estábamos alrededor de su cama conteniendo las lágrimas, dijo: -No traigan flores a mi tumba porque no estaré ahí. Cuando me libere de este cuerpo, volaré a Europa. Vuestro padre nunca quiso llevarme. -El cuarto estalló en una carcajada y no hubo mas lágrimas por el resto de la noche. Al besarla y desearle buenas noches, ella sonreía y decía: "Te veo mañana".

Pero al día siguiente, a las 6:15 de la mañana, el médico me llamó para decirme que había emprendido su vuelo a Europa.

A los dos días, estábamos en el departamento de mis padres revisando las cosas de mamá, cuando encontramos una pila de escritos suyos. Al abrir el paquete, cayó al piso un papel.

Era la siguiente poesía. No sé si la escribió ella o si había guardado con mucho cariño la obra de otro. Lo único que se es que fue el único papel que se cayo, y decía:

EL LEGADO



Cuando muera, da lo que queda de mí a los niños.

Si necesitas llorar, llora por los hermanos que caminan a tu lado.

Rodea a alguien con tus brazos y dale lo que necesites darme a mí.

Quiero dejarte algo, algo mejor que palabras o sonidos.

Búscame entre la gente que conocí y amé. Y si no puedes vivir sin mí, déjame entonces vivir en tus ojos, tu mente y tus actos de bondad.

Como mejor puedes amarme es dejando que las manos se toquen y dejando libres a los niños que necesitan ser libres.

No muere el amor, las personas sí.

Por eso, todo lo que queda de mí es amor...

Bríndame...



Papá y yo nos miramos y sonreímos al sentir su presencia. Y una vez más fue mañana.

Anónimo dijo...

....

Anónimo dijo...

Ya han pasado 18 meses, los años que casi tenias cuando te conoci. El mas bello recuerdo y el vacio mas inmenso que nunca imagine, casi sin avisar, con tu cara de sorpresa y tus inmensos ojos cielo. Como te echamos de menos...

Anónimo dijo...

Una eternidad sin poder verte y un enorme vacío interior. Te echamos de menos y en nuestros corazones ya estás para siempre.

Anónimo dijo...

he vuelto a reir, pero ya nunca he sentido lo mismo, te echo de menos

Vietnam

Mujer, ¿cómo te llamas? -No sé.
¿Cuándo naciste, de dónde eres? -No sé.
¿Por qué cavaste esta madriguera? -No sé.
¿Desde cuándo te escondes? -No sé.
¿Por qué me mordiste el dedo cordial? -No sé.
¿Sabes que no te vamos a hacer nada? -No sé.
¿A favor de quién estás? -No sé.
Estamos en guerra, tienes que elegir. -No sé.
¿Existe todavía tu aldea? -No sé.
¿Éstos son tus hijos? -Sí.

De "Mil alegrías -Un encanto-" 1967

Anónimo dijo...

puf! no me acostumbro... te sigo llorando, y queriendo,
mi amiga del alma

Anónimo dijo...

Te echo de menos y no asumo la idea de no poder verte ni oir tu voz, ver tus ojos y tu sonrisa. Tu forma de ser .... bondadosa, cariñosa y cuidadando siempre de todos y siempre con una sonrisa. Te quiero

Anónimo dijo...

Una vez más recurro a ella porque sé que te gusta..

Wislawa Z.
A pesar de tantos atractivos la isla está despoblada,
y las pequeñas huellas de los pies, reconocibles
en la orilla,
se dirigen todas, sin excepción, al mar.
Como si sólo se hubieran ido desde allí
para volver a sumergirse, sin remedio,
en una vida inconcebible.

Anónimo dijo...

Te echo de menos. Te quiero mucho.

Anónimo dijo...

Siempre en el recuerdo. Inolvidable Elena

23 de julio 2016

Anónimo dijo...

Siempre presente en mi. Te echo de menos mucho, mucho, muchisimo.

Anónimo dijo...

Ya 15 años…!!! Te quiero y te echo tantísimo de menos. Hasta que nos volvamos a ver algun dia. 😘👼